Etiqueta: Recuerdos

Seremos (III) – 29.7.16 – Henry J. White

Seremos (III) – 29.7.16 – Henry J. White

[…]

Pero sigo caminando,
por que algo dentro de ti,
me esta llamando, y soy
Incapaz de reconocerlo.

Tiento a mi propio destino,
Quiero demostrar que me engañó
mi propio instinto;
Que podríamos ser mas
que lo anteriormente predicho.

Siempre fuí curioso,
tu, puro misterio.
Quiero y pretendo colarme
entre cada uno de tus pensamientos.

Dar rienda suelta a mi curiosidad
Convertir en real, el sueño;
sentir el fluir de tu sensualidad
siendo la combustión de tu misterio.

Seducir a tu alma, desde el mismisimo
interior de tu cuerpo;
enamorarte de las palabras,
que salen de este antiguo tintero.

Ser el creador de tus sueños,
el suspiro que recorre tu pelo,
La caricia pincelada en tus besos,
la piel de gallina al susurrar en tu cuello.

El roce sobre tu espalda,
y las mariposas de tu ensueño;
la intensa mirada
en cada uno de tus recuerdos.

Quiero ser, y seré.
Lo primero que veas al despertar,
el efímero susurro
que se esconde entre tus sabanas.

El primer aroma en la mañana,
impregnado sobre tu almohada.
Quiero ser, y seremos, simplemente
‘Amor’ esculpido en cerámica.

Y sí,
entonces seremos,
lo que no pudimos ser.

[…]


Graffiti «Amor en la Ciudad», Nueva York, Autor Kobra. (Basado en la Fotografia de Alfred Eisenstaedt)

4141 – 14.2.16 – Henry J. White

4141 – 14.2.16 – Henry J. White

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Donde yacen los viejos recuerdos,
Y el eterno misterio de esa noche,
Negra y roja en lo alto del firmamento.

Donde se esconden los truhanes,
Y el viento castiga sin hierro,
Allí a lo lejos, fiero y etéreo.

Se desvanecen viejos sueños,
Mas de cuatro mil ‘te quiero’ sin dueño.
Y graznan sus guardianes, los cuervos.

Triste, mira al cielo, perdido y bohemio
De un San Valentín, sin recuerdo.
De un tiempo ajeno, un castigo perpetuo.

Siente el mundo en oscuros versos,
En miedo y ausentes besos,
de aquel lejano febrero.

Y maldice aquellos recuerdos,
Una mujer y un sueño.
Un poeta sin su tintero.

Un octubre negro,
Un antiguo recuerdo,
Marchito en el tiempo.

Eterno – 01.03.14 – Henry J. White

Eterno – 01.03.14 – Henry J. White

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Eterno es, no por las letras que escribió, sino por aquellas que leyó.
Eterno fué, el silbido del viento hilado al fuego, y este enmudeció.
Eterno será, por que tuyas fueron las letras, y muchas mías nunca hubieran sido.

¿Eterno?. Eterno no soy, pero si lo serán, siempre mis sonrisas.
¿Eterno?. Eterno eres tu, que ni el olvido pudo contigo.

Para nosotros, ¿Eterno?,
Siempre será poco tiempo.

Los Suspiros del Mar – 25.03.13 – Henry J. White

Los Suspiros del Mar – 25.03.13 – Henry J. White

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Dormido sobre el mar,
mece el oleaje mis suspiros,
hechizados tras el brillo
de tu dulce mirada.

Y aun en su armoniosa quietud
sientes la calidad brisa
que destella la luna,
sobre su húmeda sonrisa.

Pues quiero mirar con mis labios,
aquellos susurros olvidados,
y devorar con la mirada,
los sueños que dejamos abandonados.

Solo tu mirada – 14.03.13 – Henry J. White

Solo tu mirada – 14.03.13 – Henry J. White

Mirada
¿Quieres que esta noche
te acompañen los versos?
¿Y que cuiden de tu cuerpo
los recuerdos y los sueños?

Deja entonces que trabaje
este antiguo tintero,
que tu callada mirada
me lleve al mundo del misterio.

Que mis sonrisas
dobleguen tu sentimiento,
que borren la tristeza
del más profundo pensamiento.

¿Quieres que la noche
guarde tu secreto?
¿Y hacer al viento
cómplice de este reto?

Deja entonces que sople
suave sobre tu cabello,
que sea el beso
de tu cuello, dueño.

Que de tus labios
se escriba este verso,
y en un suspiro
se esconda el miedo.

¿Quieres libar
este eterno momento?
¿Y terminar tu lánguido
y ávido tormento?

Deja entonces que serpentee y me tamice
entre tus recuerdos.
y te susurre con la mirada las buenas noches,
en estos últimos versos.

( Y solo,
Sí quieres ¿qué el día sea noche
para hablarme entre los sueños? )
Entonces, y solo entonces,
vuelve la mirada sobre estos,
tus versos.

Sonríe – 01.03.13 – Henry J. White

Sonríe – 01.03.13 – Henry J. White

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No es la tristeza tu camino,
me lo han dicho las estrellas.
No es la tristeza tu destino,
comenta la belleza.

Sécate esos pedacitos del alma,
te llevaré fuera de la caverna,
y verás a la Diosa Isis
en la noche eterna.

Es el Viento quien
transporta tus sonrisas
y se lleva con ellas
esas tristes lágrimas.

Son los Versos quienes
te recuerdan,
que solo en ti esta
la auténtica fortaleza.

No llores mas pequeña,
el sonido de ese salpicar,
esta poesía es capaz de borrar.

Muéstrame la sonrisa,
que estos versos fueron a buscar.

Suicidio Lento – 24.02.2013 – Henry J. White

Suicidio Lento – 24.02.2013 – Henry J. White

Suicidio
Yace bajo la herida,
frío puro ártico.
Desgarra la carne
que la entierra.

Supura odio y maldad
como nunca llego a entender.
Y bloquea los sueños,
mata el recuerdo,
degüella el olvido,
y clama suyo mi cuerpo.

Ya lo noto, se acerca.

La muerte huye,
me abandona ante mi suerte.

Asfixia cada resquicio
de mis sentidos,
sin pulso, ni latidos,
drena cada una de mis lágrimas
para su propio tintero.

Construye con ellas
sedientos desiertos,
!terror puro!,
hasta para los muertos.

Ya lo noto, se acerca.

Engendro algo peor que el odio
me subyuga a su que hacer,
sin fe, ni esperanza,
soslaya su fina hoja sobre mis manos
y roba mi último sueño.

Me condena al suicidio lento,
Vivir, con todo y sin nada,
al mismo tiempo.

Haaiah – 11.02.2013 – Henry J. White

Haaiah – 11.02.2013 – Henry J. White

Haaiah

Se me escapan las noches,
pensando en el día.
Se me escapan los días,
pensando en tu vida.

El rojo se vuelve oscuro,
y lo oscuro guia mi tiempo.
Perezco sin sueños en el
eterno tormento.

Grito al silencio,
el perdon de cada lamento.

La redencion, tras su mirada
en la hoja reflejada,
de su inquebrantable y dulce guadaña.

Mas allá del sendero,
unos cálidos labios
exhalan mi antiguo nombre.

Mitzrael me tiende la mano,
– Este no es un lugar apropiado,
ven querido hermano.
Alzate Haaiah, debes guiar los pasos del
resto de humanos.

Pues la tinta de tu tintero,
no tiene fin, y debes aun
escribir muchos mas versos,
y entrelazar los caminos
con inolvidables sueños.

Tu alma, cansada, y atrapada
mora tras el corazon de tu verdadera
[..amada.

Pero aun no es el momento,
descansa ahora, debes guiar
aquella melancolica mirada,
y ser la brisa, caricia,
de cada labio que sonria.

Protegerla debe ser
tu unico deseo en vida,
sin noches, ni compañia,
sin letras, ni dias.

Hasta que pagues
tu eterna penitencia:
Amor con eterna poesía,
por cada seductora sonrisa. –

Escondida en el Jazz – 27.01.2013 – Henry J. White

Escondida en el Jazz – 27.01.2013 – Henry J. White

Cuadro por Yuriy ShevChuk

La brisa acaricio tu mirada perdida,
la noche se hizo testigo melancólica,
como el jazz de Ray Charles,
los sueños emergían del estanque del Retiro.

Esbozaste una sonrisa al firmamento,
recordando aquellos buenos momentos.
Mi alma sucumbió a tu imagen, desconcertada
por el aura que la envolvia en su melodía.

¿Dondé has estado este tiempo escondida?

Y la imagen de tu rostro se esfumo.
!Espera¡, Quedaté un ratito mas,
Dejame escuchar, Dejame escuchar
el viento una vez mas.

Deja que mis ojos recorran tu mirada bohemia,
como el atardecer, «When the sun goes down».

¿Dondé has estado este tiempo escondida?

Y el brillo de tus ojos se encendió,
escapandose entre destellos.
Y mi alma se marcho con ella.

Te buscare entre todas las estrellas.
Y Ray sera testigo,
que te encontraras entre sus mejillas,
y su sonrisa.

¿Dondé has estado este tiempo escondida?

Cuidaté, alma mía, hoy estas lejos
pero mañana lo estarás menos.

Cuidala hasta que llegue yo,
y despues no te vuelvas a marchar,
quedate junto a la canción,
junto a nosotros para escuchar.

—-

Cuadro por Yuriy Shevchuk

Madrid sin Luna – 11.4.2012 – Henry J. White

Madrid sin Luna – 11.4.2012 – Henry J. White


Silencio bajo las palabras,
sueños desvanecidos entre las lápidas.
La Almudena descansa tranquila,
yacen sobre ella, cortas y largas vidas.

Mientras en las esquinas de mis pensamientos
una verdad herida, el recuerdo de una vida perdida.
Deambulo entre callejones de la Capital dormida.
Fría y dura noche de Madrid, sin Luna, ni guía.

Llora en las alturas tinta,
negra, como este cielo sin estrellas,
negra, como la noche sin su dia,
pero aun mas negra, como estos versos sin tu compañia.

Tinta etérea la que se derrama en el Manzanares,
a lo largo de sus bastas orillas,
y recorre de vuelta el camino a mis mejillas.

Triste en la noche, el viento silba
ante el imponente Palacio de Oriente,
y callejea, sin meta ni fin
por el Madrid de los Austrias.

Triste se esconde en el Cerro de los Locos,
busca y vuelve a buscar,
desde lo alto de su explanada
a la Luna, en ese infinito y negro mar.

Y llora, por que se ha ido,
porque la ha dejado marchar,
Y tiembla, por que no quiere dejar de verla,
ni perder los versos que la llevarón a ella.

Y entonces corre raudo como lo que es,
Viento en la agitada gran ciudad.
Y se detiene, hincando las rodillas, en la fría arena,
ante la estatua del último Angel que cayo al mundo.

Y Maldice su Reino.

No tendrás mi Alma, ni hoy, ni mañana,
porque mi Alma, la protege la Luna.
No tendrás mis versos, ni mis palabras, ni mis sueños,
pues yo soy, el último Angel que a ella protejo.


Fotografía tomada por Valentin Siguenza

2727 Dias – 1.4.2012 – Henry J. White

2727 Dias – 1.4.2012 – Henry J. White

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Decidi que el cielo se tornara gris,
que las velas iluminaran el fin.
Entre la oscuridad, me siento feliz.

Sin tus caricias, ni tus besos,
sigue siendo ayer, el recuerdo
de aquella inocente mujer
que reescribió mis versos.

Y destruyó mi ser.
Dos mil setecientos veintisiete dias,
y sigue siendo ayer.

La Grieta – 21.2.12 – Henry J. White

La Grieta – 21.2.12 – Henry J. White

Irradian rojas sobre la mejilla,
mil gotas del viejo amor.

Un crujido sobre el pecho,
y bajo el, un corazon que no late,
muerto hace mucho tiempo.

Lo arroje al abismo, esperando uno nuevo
pero regreso aun mas vacio,
y los sueños fueron desapareciendo.

Y mi Alma fue castigada
por no olvidar la Grieta,
por no perdonar aquella Vida,
por Amar sin limite ni esperanza.

Asi entre recuerdos
de una vida pasada,
se envenenan mis versos.

Caigo rendido sobre mis manos
en este angosto, y olvidado tintero.
Suplicas Inútiles a la Parca.